Fin de una polémica: La Formación Puncoviscana datada en su localidad tipo
En el último número del Journal of South American Earth Sciences, número especial sobre Advances in the Geochronology of South America, en homenaje a la larga trayectoria en esta disciplina del Dr. Umberto G. Cordani con motivo de sus 70 años, apareció un interesante artículo sobre la edad de la Formación Puncoviscana publicado por una de nuestras investigadoras, la Dra. Mónica Escayola y colaboradores. El objetivo del trabajo era obtener una precisa datación isotópica de esta importante y extensa unidad sedimentaria del Noroeste Argentino, la que en en sectores se haya levemente metamorfizada. Esta unidad que ha sido motivo de largas controversias en los últimos 40 años entre dos escuelas diferentes, una siguiendo a los pioneros estudios del Dr. Juan C.M. Turner, quien la definiera en el año 1960, como una sucesión de edad proterozoica y otra, liderada por el Dr. Gilberto Aceñolaza, quien sobre la base del hallazgo de icnitas fósiles en esta unidad en 1972 extendía su rango temporal hasta el Cámbrico inferior. Si bien la Formación Puncoviscana había sido objeto de diversos estudios geocronológicos en los últimos años, como por ejemplo utilizando circones detríticos. Sin embargo, estos sólo permitían establecer una edad máxima para esta sucesión, la que según las áreas de estudio variaba entre proterozoica y cámbrica, sin poder desvelar la verdadera edad de esta unidad.
El estudio fue realizado en la localidad tipo de la Formación Puncoviscana en la Sierra de Santa Victoria, en la provincia de Salta, cerca de la localidad homónima. El hallazgo de tobas intercaladas a la secuencia de turbiditas permitió extraer circones que fueron datados por diversos métodos.
Es interesante destacar que los dos métodos utilizados circunscriben la edad de la toba félsica datada mediante SHRIMP y TIMS en 536,0 ± 5,3 y 537,26 ± 0,87 Ma respectivamente, lo que permite ubicar la edad de depositación de la toba y por ende de la Formación Puncoviscana en el Cámbrico temprano. Estos nuevos datos confirmarían la edad de Oldhamia postulada desde los primeros hallazgos de este icnogénero en el Noroeste Argentino en 1972, y permitiría precisar la edad de esta unidad en su localidad tipo.
Para mayores detalles sobre la distribución areal, características geoquímicas y petrográficas de este volcanismo, y los modelos paleogeográficos postulados para La Formación Puncoviscana, junto con la edad y propiedades del plutonismo cámbrico se recomienda leer:
Escayola, M.P., van Staal, C.R. y Davis, W.J. 2011. The age and tectonic setting of the Puncoviscana Formation in northwestern Argentina: an accretionary complex related to Early Cambrian closure of the Puncoviscana Ocean and accretion of the Arequipa-Antofalla block. Journal of South American Earth Sciences 32(4): 437-458.
journal homepage: www.elsevier.com/locate/jsames
Si bien no he logrado disponer de copia del artículo son datos muy interesantes los que aporta el trabajo de Escayola et al. (2011) referido a la determinación realizada sobre material volcánico intercalado a niveles de Formación Puncoviscana en su localidad tipo. De todos modos creo que no es conveniente decir que se está al “fin de una polémica” ya que lo que suponemos que es Formación Puncoviscana debe aún ser considerado “sensu lato” porque interpretamos que dentro de ese “paquete” puede haber niveles que si bien tienen caracteres litológicos parecidos pueden responder a diferentes edades y lógicamente abarcan un lapso mayor. Algo de eso hemos planteado en el artículo que redactamos con Miller, Adams y Toselli en la Serie Correlación Geológica tomando en consideración las edades de circones donde hay agrupaciones de 1000, 800, 600 que obviamente son previos al grupo de 500 (estoy hablando en términos relativos). Por ese motivo en octubre ppdo acabamos de hacer nuevos muestreos con Adams apuntando a ver que pasó en el lapso 1000 a 530 donde suponemos estar en un ámbito de cuencas recicladas y superpuestas dentro de lo que ha sido el aulacógeno que alberga a Puncoviscana. Estimo que dispondremos de los datos para el primer semestre del año que viene. En nuestros trabajos apuntamos también a que los datos sean coincidentes (en la roca) con los de los fósiles, por eso,si bien los valores de Escayola et al. (2011) son acordes con los que puede tener Oldhamia, en ese sector de Sierra de Santa Victoria aún no la hemos encontrado, motivo por el cual no podemos decir con certeza que, cronológicamente, son los mismos niveles. Más aún, en algunos sectores de la quebrada de Humahuaca, los medusoides son más bien Ediacaranos (véase el relatorio de Jujuy). De todos modos es un buen dato y hay que utilizarlo.
En realidad estamos asistiendo no al fin de una polémica, sino al principio de un nuevo tiempo de discusiones enriquecedoras sobre una formación emblemática en el norte argentino y pieza clave para comprender la evolución geológica de ese pedazo de continente sudamericano tal como queda de manifiesto en el extenso y bien fundado trabajo de V.A. Ramos sobre el basamento de los Andes Centrales (Annu. Rev. Earth Planet. Sci. 2008, 36:289–324). Efectivamente hubo un antes y un después a partir de los primeros hallazgos de Oldhamia que vislumbraban una edad más joven, al menos Eocámbrica para las sucesiones sedimentarias marinas que la contenían. Los trabajos del Dr. Aceñolaza fueron develando un mundo de trazas fósiles que insinuaban una actividad biológica excesiva para lo que hasta entonces se consideraba el “Precámbrico”. Hay que recordar que para esos años el límite Precámbrico/Cámbrico se establecía en 570 Ma y que los actuales 545 Ma se instituyeron mucho después. Ahora bien, desde la pura discusión “trazas fósiles vs trazas fósiles”, estaba la cuestión del Grupo Mesón y más concretamente las “pipe-rocks” saturadas de tubos de skolithos que a poco andar demostraron que también contenían una rica asociación ichnofaunísitica, principalmente en su tramo medio: Formación Campanario. Entre esas trazas fósiles apareció Syringomorpha (igual a “forma de cañas”) que estaba citada para el Cámbrico inferior de Europa. En uno de los viajes a Salta de Adolf Seilacher pudimos visitar afloramientos (Sierra de Mojotoro, camino a La Quesera), donde él que las había estudiado en distintos perfiles del límite Precámbrico/Cámbrico corroboró que efectivamente se trataba de dicho ichnogénero. O sea que teníamos dos trazas del Cámbrico inferior, una en Puncoviscana y otra en Mesón, con la diferencia que ambas entidades litológicas están separadas por una potente discordancia angular de muy alto ángulo. El trabajo de Escayola et al., 2011, resulta sumamente interesante no sólo por las edades obtenidas sino también porqué se dató la localidad tipo. Pero como bien señala el Dr. Aceñolaza en su comentario en este sitio, allí no se han encontrado trazas que avalen que estamos hablando de lo mismo. El Dr Turner definió allí la formación como lo podría haber hecho en cualquier otro perfil en cualquier otro lugar en el NOA. No hay nada de particular allí, ya que se analice donde se analice siempre se encuentra una feta interna, sin base ni techo, de la sucesión sedimentaria, volcaniclástica, que llamamos generalizadamente Puncoviscana, la que ha demostrado ser, parafraseando a Harrington, más de una cosa que representa eventos en el espacio y en el tiempo. Dentro de esa “Piñata Puncoviscana” aparecen términos como la Formación Medina, que tiene un origen más “tucumano” en su desarrollo y que se presenta como rocas verdosas, con micropliegues, con un aspecto sedoso a micáceo, y que constituye los núcleos de las sierras de Metán, Candelaria y otras. También las probables tilitas de la Formación Sancha; los paquetes de calizas negras marmóreas de Las Tienditas y Volcán; las dolomitas de Tumbaya y sus coladas basálticas submarinas almohadilladas (inédito); los conglomerados de Corralito, estando algunas de estas unidades litológicas integradas en lo que en su momento definieron Bruno Baldis y colaboradores como Grupo Lerma. Y a ello pueden seguir agregándose otras formaciones, con mayor o menor grado de metamorfismo, como las que acompañan a algunos de los plutones graníticos como el Cachi, Chañi, Tastil, Cañaní y otros. O formaciones con casi cero metamorfismo y plagadas de trazas fósiles, vermiformes y artropodiformes, entre ellas marcas de gusanos de tamaño métrico, como es el caso de la Formación Los Guachos definida por M.C. Moya en el centro de la Sierra de Mojotoro. U otras entidades del borde oriental de la Puna que lucen en el campo como “Puncoviscana” pero que al parecer tendrían ¡Oh sorpresa! edades ordovícicas. Y por supuesto no hay que olvidar a las formas de cuerpo blando, medusoideas, que recuerdan a las faunas ediacarianas. En fin esto y mucho más es “Puncoviscana”. Bienvenidas las nuevas dataciones que reinauguran la vieja polémica sobre el controvertido “basamento” del Norte Argentino.
Ricardo N. Alonso
Leí hace unos meses con mucha atención el trabajo de Mónica sobre la edad de Puncoviscana. Creo que estamos empezando a poner juntas las piezas de un gran rompecabezas y las dataciones radimétricas son un elemento clave. Como mencionan Gilberto y Ricardo, hay una buena coincidencia entre las evidencias geocronológicas y las icnológicas y en particular se va confirmando lo que Gilberto detectó allá por la década del 70 con el hallazgo de Oldhamia. Es interesante ver como las piezas van lentamente encajando. Por ejemplo, la presencia de trazas fósiles como Syringomorpha en el Grupo Meson indicaría, como bien señala Ricardo, que al menos parte de esa unidad entraría en el Cambrico inferior. Hace ya un tiempo (entre el 2003 y el 2005) publicamos con Gabriela una serie de trabajos donde postulamos que una manera de integrar la evidencias icnologicas y estratigráficas es considerar que la Formacion Puncoviscana correspondería al Cambrico inferior basal, es decir lo que ahora se denomina Fortuniano, y no al clasico Tomotiano. Siguiendo ese razonamiento, señalábamos en esos estudios que la discordancia que separa esta unidad de Meson seria intra-Cambrica inferior. Cuando uno considera la duración del Cambrico Temprano, se ve que esto es perfectamente viable. Los nuevos datos presentados por Monica confirman la edad cámbrica basal para Puncovicana. Por otra parte, las evidencias de que el ciclo que se inicia con la sedimentación de la Formacion Santa Rosita y equivalentes contiene importantes espesores de Cambrico Superior hacia su base son abrumadoras. En nuestro esquema, el Grupo Mesón quedaría de este modo comprendiendo el Cámbrico inferior alto y el Cámbrico medio. Por supuesto, me da la impresión que todavía queda mucho por hacer para reconstruir las complejidades del basamento, pero los avances han sido significativos.