En un reciente trabajo publicado por el Journal of the Geological Society de Londres, realizado por investigadores de nuestro instituto y la colaboración de colegas chilenos y de la Universidad de Bremen, se dan a conocer interesantes resultados sobre la evolución de la Cordillera Patagónica norte.

Los Andes en el norte de la Patagonia están formados principalmente por unidades magmáticas mesozoicas; el Batolito Patagónico Norte de edad jurásico-cretácica y el volcanismo jurásico de la Formación Lago La Plata  y su equivalente Formación Ibáñez en el sector chileno. La secuencia culmina con el  Grupo Divisadero del Cretácico medio.

Estas rocas representan el desarrollo de un cinturón magmático a través del Jurásico Medio hasta el Cretácico, cuando ocurre un importante cambio en el régimen tectónico de extensión a compresión. Para estudiar la evolución del arco durante esta transición, se realizaron trabajos de campo y muestreos geoquímicos a los ~ 43º S de latitud, analizando sus relaciones estructurales y caracterizando las distintas fuentes magmáticas.

Diagramas de multi-elementos, tanto para ambas unidades volcánicas sugieren una signatura derivada de la losa oceánica, mientras que las relaciones isotópicas (Sr-Nd-Pb) indican fundidos parentales procedentes de un manto astenosférico modificado por subducción, que interactúa con fuentes corticales durante su emplazamiento.

Se ha identificado una discordancia angular entre las rocas volcánicas sinextensionales jurásicas y las rocas sedimentarias del Cretácico Inferior correspondientes al Neocomiano por debajo de las secuencias del Cretácico medio.

A pesar que este evento deformacional fue simultáneo con la compresión generalizada en la placa superior, las razones geoquímicas indican un arco inmaduro durante el Aptiano-Albiano, sin evidencias de engrosamiento cortical asociado.

La instalación  del arco a mediados del Cretácico, después de la retracción hacia la trinchera del magmatismo desde la zona del antepaís  entre ~ 41º-45º S, asociado con un incremento en el ángulo de inclinación de la losa oceánica, podría haber provocado un ablandamiento (softening) de la corteza, dentro del contexto de la expansión del fondo oceánico en el Atlántico Sur y la aceleración de la placa sudamericana hacia el oeste, facilitando el posterior crecimiento inicial de la faja plegada y corrida.
Para mayores detalles se remite a los interesados a la publicación original.
Echaurren, A., Oliveros, V., Folguera, A., Ibarra, F., Creixell, C. y Lucassen, F. 2017. Early Andean tectonomagmatic stages in North Patagonia: Insights from field and geochemical data. Journal of the Geological Sociey (en prensa).

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