Plate Tectonics at 50: El William Smith Meeting 2017 de la Geological Society
La comunidad científica celebró los 50 años de la postulación de los principios de la Tectónica de Placas. Los resultados han sido presentados en las actas del William Smith Meeting 2017: Plate Tectonics at 50, donde además de los pioneros publicaron investigadores de nuestro instituto y de otras instituciones interesadas en la tectónica. La conmemoración se realizó en la señera sede de la Geological Society en Burlington House en Londres, con la participación de importantes y famosas figuras que tuvieron un rol central en el desarrollo inicial de la teoría.
La oportunidad sirvió para escuchar de boca de los protagonistas interesantes historias que involucraron los desarrollos iniciales de la Tectónica de Placas. La comunidad internacional reconoce como padre de la tectónica de placas a Tuzo Wilson, famoso geofísico canadiense de la Universidad de Toronto, quien en su artículo en Nature (1965) reconoció la existencia de movimientos de la corteza terrestre, que se concentraban en tres tipos de estructuras, las cadenas montañosas y arcos de islas, las dorsales centro-oceánicas y las fallas transformes. Definió en esa ocasión las excepcionales características de esta últimas que permitieron entender cómo se abrían y cerraban los océanos y usó por primera vez la denominación de “plate” para esos bloques corticales.
Sin embargo, es ampliamente aceptado que la fundación de los conceptos básicos, la cinemática de su movimiento, la expansión de los océanos y su relación con los terremotos y la deriva de los continentes, tuvo en marzo de 1967 un importante punto de partida durante el simposio sobre Sea floor spreading organizado por la American Geophysical Union en Washington.
En esa ocasión se dieron cita numerosos investigadores entre los que se destacaron tres jóvenes, Jason Morgan, Dan McKenzie y Xavier Le Pichon. En esa oportunidad Jason Morgan aplicó el concepto de falla transforme a una superficie esférica, definiendo los tres tipos de uniones que hoy conocemos y mediante el teorema de Euler pudo calcular la velocidad de desplazamiento de un bloque litosférico. Esto motivó a Le Pichon a realizar una ambiciosa recopilación de zonas de fractura y anomalías magnéticas que le permitieron calcular en forma independiente a partir de las fallas transformes y los polos de Euler las velocidades, y cotejarlas con las calculadas mediante las anomalías magnéticas, obteniendo así una razonable estimación del movimiento relativo de las seis placas principales, reconstruyéndolas en el tiempo hasta el Mesozoico.
Dan McKenzie, en forma independiente a Morgan, desarrolló mediante precisos cálculos en su trabajo en Nature de 1967, los conceptos básicos de la tectónica sobre una esfera, basado principalmente en la interpretación de las anomalías magnéticas propuestas anteriormente por Vine y Mathews y las fallas transformes en el Pacífico norte. Ese mismo año Jack Oliver y Bryan Isacks demostraron cuanto más exitosas eran estas nuevas ideas para explicar en una tectónica global los fenómenos sismológicos.
No hay duda que 1967 fue un año donde hubo una eclosión de conocimiento que llevó a aceptar la tectónica de placas como un nuevo paradigma para entender el funcionamiento y evolución de la Tierra. A esos desarrollos iniciales siguieron otros donde el avance del conocimiento de la mecánica de placas fue transferido a los aspectos geológicos de la evolución de los sistemas orogénicos. Los aportes de John Dewey sobre la Evolution of the Appalachian-Caledonian Orogen publicado en Nature en 1969, junto con su definición del orógeno del tipo andino en Continental margins: a model for conversion of Atlantic type to Andean Type, ese mismo año, sentaron las bases para la más ambiciosa síntesis con Jack Bird sobre Mountain Belts and the New Global Tectonics publicada el año siguiente, que marcó un hito sobre el entendimiento de los sistemas orogénicos dentro de la tectónica de placas. Esos trabajos fueron complementados con los estudios de McKenzie sobre flujo calórico y anomalías gravimétricas de 1967, que llevaron a la enunciación de los que hoy conocemos como el Mckenzie’s principle, que explica el comportamiento termal de la litósfera, su respuesta isostática y la subsidencia de las cuencas sedimentarias.
Esas historias fueron matizadas con nuevos aportes a la tectónica de placas, presentados por una nueva generación de jóvenes tectonistas. La reunión fue cerrada con la “William Smith Conference 2017” dada por Dan McKenzie que marcó otro hito importante de la reunión.
La oportunidad fue también aprovechada para la presentación en sociedad del Dan McKenzie Archive, un nuevo fondo documental que atesora documentos originales, fotos y estudios inéditos relacionados con el desarrollo de la Tectónica de Placas, que se puede consultar en https://www.mckenziearchive.org
La reunión permitió encontrarse a viejos amigos, intercambiar ideas, discutir nuevas hipótesis y analizar el futuro de la tectónica de placas en un marco de profunda camaradería. Un documento preparado por la Geological Society quedó como testimonio de la reunión.
Butler, R., Daly, M., Gareth, R., Turner, J. y Watts, T. (eds.) William Smith Meeting 2017: Plate Tectonics at 50, The Geological Society, 152 p., London.
Publication webpage: https://www.geolsoc.org.uk/wsmith17
The talks from the Plate Tectonics at 50 meeting are now available to watch online at www.geolsoc.org.uk/wsmith17.
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