La evolución tectónica de los Andes Centrales: De la acreción de terrenos a la delaminación cortical
En un reciente capítulo del libro Petroleum basins and hydrocarbon potential of the Andes of Peru and Bolivia, una memoria de la American Association of Petroleum Geologists,un investigador de nuestro instituto ha dado a conocer una interesante evolución de los Andes Centrales.
El análisis de la historia preandina de los Andes Centrales muestra una evolución tectónica compleja. El basamento del margen continental andino se formó por la acreción de bloques precámbricos durante la formación de Rodinia a fines del Mesoproterozoico. Hay dos arcos magmáticos de edad Grenvilliana, uno desarrollado en el margen del cratón, conocido como el cinturón de Sunsas, y otro en los terrenos acrecionados.
La sutura entre estos bloques y el cratón amazónico ha sido continuamente reactivada por procesos tectónicos y magmáticos. Los terrenos de Paracas y Arequipa, ambos de edad grenvilliana, tienen una evolución paleozoica contrastante. El terreno de Arequipa se amalgamó con el cratón al final del Mesoproterozoico, y durante el Paleozoico su sutura actuó como una zona de debilidad de la corteza.
Esta zona concentró la extensión y la formación de una gran plataforma en una cuenca retroarco, donde se acumularon los sedimentos eopaleozoicos. El arco magmático famatiniano de edad ordovícica (475 a 460 Ma) se conserva en este segmento a lo largo del margen continental. La extensión eopaleozoica que afectó el terreno de Paracas reabrió la vieja sutura y formó una corteza oceánica entre Amazonia y Paracas.
La subducción de esta corteza oceánica desarrolló un arco magmático sobre el margen cratónico, que se conserva en la Cordillera Oriental del Perú como ortogneisses asociados a rocas metamórficas de edad famatiniana. Hay asociacioness ofiolíticas, cinturones metamórficos apareados y una intensa deformación asociada con la colisión de Paracas (aprox. 460 Ma) contra el cratón amazónico.
En el norte de la Cordillera Oriental del Perú, el orógeno del Paleozoico tardío tiene cinturones graníticos de intraplaca y se hallaba muy lejos del margen activo. El orógeno se deformó y se elevó en dos fases (336-285 Ma y 280-235 Ma) conocidas como las orogénesis gondwánicas temprana y tardía. Se conservan como cinturones metamórficos de grado medio desarrollados a lo largo del segmento de Paracas.
Más al sur a lo largo del segmento de Arequipa en el sur de Perú y Bolivia, las últimas rocas del Paleozoico-Triásico están representadas por granitos y rocas volcánicas ácidas, que no tienen metamorfismo y están asociadas con rocas sedimentarias. Las reliquias de un arco magmático se exponen como tonalitas y rocas metamórficas (aprox. 260 Ma) a lo largo del margen continental norte del Perú y en la plataforma cercana a la costa.
El régimen extensional que dominó la mayor parte del Mesozoico desarrolló cuencas de rift en la pared colgante de las suturas de los terrenos acrecionados, que controlaban los altos estructurales y los márgenes de la cuenca. La orogenia peruana del Cretácico tardío produjo el emplazamiento del batolito costero, el comienzo de la deformación a lo largo de la costa y las primeras cuencas de antepaís.
El gigantesco colapso sintectónico submarino de Ayabacas también está controlado por suturas previas. La evolución andina cenozoica estuvo dominada por una ola de subhorizontalización de la losa subducida, la migración del magmatismo hacia el antepaís, un empinamiento de la placa oceánica y el desarrollo consecuente del magmatismo del arco interno (“inner arc”). Las rocas plutónicas y volcánicas del “arco interno” son la expresión de fusiones corticales profundas, asociados con la delaminación cortical y la remoción del manto litosférico.
La horizontalización de la losa oceánica se relaciona con la subducción ablativa (ablative subduction) y el acortamiento orogénico del Altiplano y la Cordillera Oriental. El empinamiento de la placa subducida se asocia con la rápida remoción del manto litosférico y la delaminación cortical, expresada en superficie por el magmatismo del “arco interno”.
Las zonas de debilidad cortical se corresponden con la sutura entre diferentes terrenos, las que controlaron parcialmente la ubicación de los bloques delaminados y el magmatismo del “arco interno”. Ambos procesos desencadenaron el acortamiento dúctil de la corteza inferior y la subsecuente deformación frágil de la corteza superior asociada al desarrollo de la faja plegada y corrida subandina.
Para mayores detalles se remite a los interesados a la publicación original.
Ramos, V.A., 2018. Tectonic evolution of the central Andes: From terrane accretion to crustal delamination. En Zamora, G., McClay, K. M. y Ramos, V.A. (eds.) Petroleum basins and hydrocarbon potential of the Andes of Peru and Bolivia, AAPG Memoir 117: 1–34.
Book webpage: https://aapg.org/searchresults.aspx?categoryid=16