Revisión de las microbiotas Meso-Cenozoicas de la Península Antártica: adaptaciones a cambios paleoambientales
Investigadores de nuestro instituto y del Instituto Antártico Argentino publicaron recientemente, en la revista Advances in Polar Research, una revisión de las microbiotas registradas en el Meso-Cenozoico del sector oriental de la Península Antártica. Los microfósiles analizados consisten en palinomorfos (principalmente granos de polen, esporas y dinoflagelados), foraminíferos y briozoos.
Se han registrado quistes de dinoflagelados y esporas de polen desde el Jurásico al Pleistoceno, los cuales han demostrado ser buenos indicadores de productividad y/o disponibilidad de nutrientes, temperatura y química del agua, posición de línea de costa y tendencias paleoceanográficas.
Los granos de polen y esporas permitieron la reconstrucción de la comunidad florística y, por lo tanto, la caracterización del clima que prevaleció en el continente. Los foraminíferos, recuperado de las rocas del Cretácico Inferior al Pleistoceno, proporcionaron información sobre batimetría, permitiendo caracterizar subambientes marinos (p. ej., costero, nerítico interno, nerítico externo, batial superior) en diferentes localidades.
El registro de briozoos se restringe al Cenozoico. Sus formas de crecimiento reflejan las condiciones ambientales, como aguas poco profundas con un baja sedimentación, sustratos duros y acción de corrientes de moderada a fuerte.
El estudio de la Antártida a través de sus microbiotas fósiles permite conocer los cambios en la composición y la dinámica de los ambientes polares, los cuales han tenido y tienen un papel importante en el clima de la Tierra.
Para mayores detalles consultar:
Ver Special Issue ‘Geology and paleontology of the James Ross Basin, Antarctic Peninsula’