Convivir con gases volcánicos: el complejo desafío que afronta la localidad de Copahue (Neuquén)
Por Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA)
Muchas veces nuestro trabajo científico nos da la libertad de abordar distintas tareas: podemos buscar saciar nuestra propia curiosidad, abordar un problema científico irresuelto, transmitir nuestro conocimiento a través de la docencia y la divulgación y podemos, también, poner este conocimiento al servicio de la comunidad para responder a inquietudes que provengan de la misma. Este proyecto de extensión corresponde a esta última categoría.
El Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA) lleva a cabo estudios sobre la geoquímica de los fluidos volcánicos e hidrotermales en la región del volcán Copahue y zonas aledañas desde hace más de 15 años. Recientemente, miembros de la localidad de Copahue, ubicada 5 km al noreste del volcán, se comunicaron con nuestro grupo para hacernos llegar su preocupación relacionada con estas manifestaciones termales. “Tenemos fumarolas en nuestras casas”, fue la premisa que condujo al desarrollo de este proyecto.
No es un secreto que la localidad de Copahue es un sitio que presenta una elevada tasa de emisión de fluidos hidrotermales, en forma de gases fumarólicos y aguas burbujeantes. La villa turística hace uso de este recurso natural recibiendo miles de turistas cada año, quienes se acercan en busca de los beneficios para la salud de las piletas y fangos termales. Estudios realizados por el GESVA permitieron identificar que además de estas piletas y fangos, se emite en Copahue también una manifestación termal imperceptible: la desgasificación difusa de dióxido de carbono (CO2) a través de los suelos. El estudio de esta manifestación termal permitió calcular una tasa de emisión de dióxido de carbono superior a 100 toneladas por día. Esto permitió a su vez identificar qué zonas del pueblo presentan mayor flujo y qué zonas impiden el ascenso y la emisión de fluidos calientes. La geoquímica de los gases fumarólicos, estudiada a lo largo de más de una década, brindó valiosa información acerca del origen de estos fluidos, los cuales exhiben una firma muy particular: acompañando a las aguas de origen superficial, algunos gases llegan a la superficie de la localidad de Copahue indicando fuentes de proveniencia extremadamente profundas con una firma isotópica comparable con la de una dorsal centro-oceánica. Todo esto convierte a Copahue en una localidad ejemplar para el estudio de la geoquímica de fluidos, fascinante para los viajeros que buscan los beneficios de los baños termales y, a su vez, desafiante para los emprendedores turísticos que quieren brindar un servicio de calidad, con condiciones seguras y apacibles para los turistas.
Los gases hidrotermales de la localidad de Copahue se emiten a través de los suelos por zonas llamadas estructuras de desgasificación, que hacen caso omiso del ejido urbano de la villa. Los puntos de emisión de vapor de agua y de gases se encuentran en ocasiones debajo de los cimientos de los edificios de emprendimientos públicos y privados. Esto no solo afecta la infraestructura existente (que en muchos casos exige un importante mantenimiento anual), sino también genera que en los interiores de estas edificaciones se encuentren, en algunos casos, temperaturas ambiente muy altas (se midieron temperaturas de más de 60°C), anomalías térmicas en pisos y acumulación de gases hidrotermales tales como el CO2 y el H2S. Esto último es particularmente importante debido a que, dependiendo del tiempo de exposición, la acumulación de gases podría ser potencialmente perjudicial para la salud de quienes habiten estos espacios.
Con el objetivo de caracterizar el impacto de estos gases hidrotermales en las edificaciones de Copahue, el GESVA desarrolló dos campañas durante los veranos de los años 2019 y 2020. Durante estas campañas se llevaron a cabo tareas tanto en el exterior como en el interior de las edificaciones afectadas. En exteriores se mapeó: (i) el flujo de dióxido de carbono difuso; (ii) la temperatura del suelo y (iii) se tomaron muestras de gases puntuales y aguas. En interiores se realizó: (i) la medición de concentraciones de CO2 y de H2S en las habitaciones de las edificaciones que reportaron inconvenientes con los gases termales; (ii) la medición de temperatura ambiente; (iii) un relevamiento de imágenes térmicas; (iv) la medición de temperaturas de paredes y pisos con un termómetro de mano; (v) un relevamiento de imágenes a partir de un protocolo propuesto por ingenieros civiles de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA). Asimismo, miembros de la localidad de Copahue participaron en una entrevista diseñada para indagar acerca del daño en los edificios que generan los gases hidrotermales, así como daños en su cotidianeidad, su salud y economía.
Un aspecto para resaltar de este trabajo en progreso o desarrollo es el carácter multinstitucional del grupo de trabajo. El GESVA convocó la participación del ICES-CNEA (International Center for Earth Science – Comisión Nacional de Energía Atómica) y del OAVV-SEGEMAR (Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica – Servicio Geológico Minero Argentino), con el objetivo de reunir una mayor diversidad de profesionales que aborden la problemática de la manera más apropiada posible. Asimismo, se encuentra en vías de desarrollo la formalización del vínculo con la FIUBA.
Las dos campañas realizadas hasta el día de hoy han sido muy fructuosas y nos han dado valiosa información para caracterizar el impacto de los fluidos hidrotermales sobre los edificios de la localidad de Copahue, pero es aún largo el camino que queda por recorrer. Cada nuevo aspecto sobre el impacto de los gases hidrotermales en la vida de Copahue que revelamos levanta decenas de nuevos interrogantes.
Este proyecto constituye un estudio que busca evaluar la peligrosidad y el impacto de la emisión de gases hidrotermales, proceso que interactúa constantemente con el desarrollo de las actividades de esta localidad turística.