Trascendental descubrimiento de un tetrápodo basal gigante desafía las hipótesis actuales sobre la evolución temprana de los vertebrados terrestres

Investigadores de nuestro instituto, en colaboración con colegas del Museo Field de Historia Natural en Chicago, de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, del  Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) y del Servicio Geológico de Namibia y Museo Nacional de Ciencias de la Tierra, Windhoek, publicaron en julio del 2024 este relevante hallazgo en Namibia de un tetrápodo basal gigante pérmico (Gaiasia jennyae) en la prestigiosa revista Nature.

Claudia Marsicano, líder del proyecto de investigación, junto al ejemplar completo de Gaiasia jennyae. Foto: Roger Smith, levantada de https://www.conicet.gov.ar/descubren-un-tetrapodo-basal-gigante-que-desafia-las-hipotesis-vigentes-sobre-la-evolucion-temprana-de-los-primeros-vertebrados-terrestres/

El hallazgo de nuevos tetrápodos basales es siempre significativo debido a la escasez de representantes conocidos a nivel mundial de una etapa crucial en la evolución de los vertebrados y de la vida en general, como fue el inicio de la transición a la vida terrestre. Es aún más raro encontrar especímenes relativamente completos. En esta ocasión se descubrió un ejemplar casi completo, con el cráneo articulado con gran parte del esqueleto postcraneal. La importancia del descubrimiento de Gaiasia radica en que pone en jaque el conocimiento previos sobre la evolución de los primeros tetrápodos.

Claudia Marsicano en el campo en Namibia. En el fondo se observan los afloramientos pérmicos en los que encontraron al ejemplar casi completo de este tetrápodo. Foto: Adriana Mancuso, levantada de https://www.conicet.gov.ar/descubren-un-tetrapodo-basal-gigante-que-desafia-las-hipotesis-vigentes-sobre-la-evolucion-temprana-de-los-primeros-vertebrados-terrestres/.

Claudia Marsicano, en una entrevista para la página oficial del CONICET, explica: “Gaiasia viene a tirar por tierra diferentes hipótesis que se habrían considerado hasta ahora sobre la evolución de los tetrápodos. En primer lugar, hasta hoy se consideraba que, más allá de su continuidad evolutiva en grupos como los amniotas y los anfibios, los tetrápodos basales se habían extinguido hace unos 300 millones de años, a fines del período Carbonífero de la era Paleozoica, mientras Gaiasia vivió hace unos 285 millones de años, durante el Pérmico temprano. En segundo lugar, se suponía que estos animales se habían desarrollado únicamente en regiones paleoecuatoriales tropicales y subtropicales de climas benignos, con muchos recursos disponibles, mientras en lo que hoy es Namibia, en aquel momento dominaban los climas templado-fríos, y recientemente habían ocurrido glaciaciones”.

Según Marsicano, el hallazgo de Gaiasia en Namibia revela que la evolución temprana de los tetrápodos no se limitó únicamente a las áreas del paleoecuador. En lugar de eso, poco después de su transición del medio acuático al terrestre, el grupo se expandió rápidamente hacia los continentes del sur.

Leandro Gaetano, otro investigador de nuestro instituto que formó parte de este descubrimiento, comenta para el mismo medio: “Al estudiar las relaciones filogenéticas de Gaiasia, cuyos parientes más cercanos conocidos vivieron en el hemisferio norte unos 30 millones antes, nos encontramos con que los resultados no se condecían con lo que se sabía hasta el momento sobre los tetrápodos basales. Este hallazgo nos obliga a repensar la forma de entender la evolución de los primeros animales terrestres en todo el mundo”.

Leandro Gaetano haciendo trabajo de gabinete en las oficinas del IDEAN. Foto: CONICET Fotografía, levantada de https://www.conicet.gov.ar/descubren-un-tetrapodo-basal-gigante-que-desafia-las-hipotesis-vigentes-sobre-la-evolucion-temprana-de-los-primeros-vertebrados-terrestres/.

Una diferencia significativa de Gaiasia en comparación con la mayoría de los tetrápodos basales conocidos hasta ahora es su tamaño. Según la Marsicano, casi todos los tetrápodos basales conocidos, así como algunos tetrápodos no basales de los linajes de anfibios y primeros amniotas del Paleozoico superior, eran relativamente pequeños, con una longitud de entre un metro o metro y medio, y cráneos que no superaban los 40 cm. En contraste, Gaiasia es enorme, con un cráneo de forma parabólica que mide unos 60 cm de largo, y según los restos encontrados, se estima que alcanzaba aproximadamente los 4 metros de longitud.

Reconstrucción en vista lateral de Gaiasia jennyae. Crédito: Gabriel Lio. Levantada de https://www.conicet.gov.ar/descubren-un-tetrapodo-basal-gigante-que-desafia-las-hipotesis-vigentes-sobre-la-evolucion-temprana-de-los-primeros-vertebrados-terrestres/.

Este trabajo constituye un hito por ser el primero en Nature liderado por una paleontóloga argentina.

Su cita es: Marsicano, C.A., Pardo, J.D., Smith, R.M.H. et al. Giant stem tetrapod was apex predator in Gondwanan late Palaeozoic ice age. Nature (2024). https://doi.org/10.1038/s41586-024-07572-0. Se encuentra en línea en: https://www.nature.com/articles/s41586-024-07572-0#Abs1.