Investigadores de nuestro instituto, en conjunto con colegas del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología del Centro Nacional Patagónico (CENPAT), de la  Universidad Nacional de La Patagonia San Juan Bosco y del Grupo de Ecología en Ambientes Costeros, Instituto de Biología de Organismos Marinos también del CENPAT, escribieron este artículo para la prestigiosa revista Quaternary International.

Las trazas de bioerosión son una herramienta poderosa para reconstruir paleo-comunidades bentónicas a lo largo del registro geológico. Los depósitos marinos del Cuaternario tardío en la Patagonia argentina son crestas alargadas paralelas a la costa actual, ricas en arena, grava y conchillas: siendo estas últimas el principal sustrato para las trazas de bioerosión. Sin embargo, los estudios icnológicos en el Cuaternario son escasos en las latitudes altas del Hemisferio Sur.

Este trabajo describe por primera vez las trazas de bioerosión registradas en conchas pertenecientes a diversos taxones de moluscos de depósitos cuaternarios en Puerto Lobos, al sur del Golfo San Matías (Patagonia, Argentina). La relevancia del estudio radica en que complementa la escasa información sobre las trazas de bioerosión en el Hemisferio Sur.

Lxs autores obtuvieron un total de 710 conchas de moluscos de cuatro crestas de playa cuaternarias en Puerto Lobos. Como resultado, registraron por primera vez 15 icnotaxones en el sitio, 13 de ellos por primera vez en el Holoceno del Golfo San Matías. A través de un análisis cualitativo, se observaron patrones de bioerosión en el Cuaternario tardío de Puerto Lobos. La abundancia de perforaciones de gusanos y esponjas en el Pleistoceno podría estar relacionada con aguas cálidas y libres de sedimentos. Por el contrario, los resultados del estudio de bioerosión en las muestras del Holoceno y recientes fueron muy similares. Esto podría indicar que el mismo factor ambiental controló ambos patrones de bioerosión. Para el Holoceno, se observó que el patrón de bioerosión está representado principalmente por trazas producidas por organismos de suspensión y filtradores, como los briozoos, entre otros. Junto con el aumento de la icnodiversidad, esto podría indicar un aumento en la disponibilidad de nutrientes en el Golfo San Matías, asociado con eventos de surgencia.

Los resultados a los que arriban estos autores refuerzan la hipótesis propuesta por autores anteriores de que los eventos de surgencia que se observan actualmente en el área de estudio comenzaron durante el Holoceno medio.